Deudas buenas, deudas malas y deudas ¿inevitables?

El crédito tiene la gracia de facilitar el disfrute de bienes y servicios, sin tener el dinero para pagarlos. ¡Suena fabuloso! Sin embargo, las deudas tienen un precio llamado "intereses", que a la larga significa que pagaremos más de lo que originalmente nos prestaron, ¿Qué tanto más? depende de la tasa de interés. 

El endeudamiento es tan poderoso que tiene la capacidad para arruinar las finanzas de familias, empresas y países, comprometiendo severamente su viabilidad económica futura; por otra parte, si se emplea inteligentemente, el crédito puede tener un efecto multiplicador positivo en la generación de riqueza y prosperidad -alto, no te emociones, eso nunca ocurrirá con los compras en abonitos en Elektra o Coppel.

El tema de las deudas es polémico hasta entre las grandes personalidades de las Finanzas Personales, mientras que Dave Ramsey no es partidario de los créditos bajo prácticamente ninguna circunstancia, Robert Kiyosaki lo considera como una palanca útil para la generación de la riqueza. 

En este serial te presentaré ejemplos de lo que a mi juicio son deudas buenas, deudas malas y deudas inevitables. No hay verdades absolutas, sólo el sentido común y la experiencia, al final tú eliges entre el disfrute presente o la prosperidad futura, o ambas si empleas tu inteligencia financiera.

Deuda buena: Contratar un crédito hipotecario para la compra de una vivienda, siempre será mejor pagar la mensualidad de tu crédito Infonavit (aunque hay más opciones) que estar pagando renta. O bien puedes comprar una casa a crédito, rentarla y así ayudarte a pagar la mensualidad ¡se pagará sola!

Deuda mala: Contraer deuda para hacer una fiesta. Si bien hay eventos en la vida que no quieres que pasen desapercibidos, debes tener en  cuenta que el grato de recuerdo de tu fugaz evento, se puede ensombrecer por una larga y costosa deuda que reducirá tu capacidad de maniobra financiera por largo tiempo. Puedes hacer festejos más modestos para no afectar tu patrimonio.

Deuda inevitable: Imagina que no tienes liquidez, se descompone tu auto, es el único que tienes y realmente lo necesitas para una adecuada movilidad. No hay de otra, tienes que echar mano del crédito para repararlo.  Y aquí es donde aparece la interrogante, ¿se trata de una deuda inevitable? en principio sí, hay que atender el problema, ¿pero qué tal si hubieras tenido un fondo de emergencia? El punto es que si no tienes ese fondo, la deuda se presenta como la única alternativa.

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